¡Un niño nos ha nacido!”

Leyendo estas palabras de Isaías 9,6 y reflexionando sobre el nacimiento de Jesucristo, nuestro fundador Teodoro Ratisbona se preguntó: “¿Por qué aparece bajo los rasgos de la infancia?”

Y la respuesta que encontró fue “¡Para que le amemos y no le temamos!”