La conferencia del ICCJ en 2019: un anfiteatro para desafíos y oportunidades

Una delegación de dieciséis miembros de la Familia de Sión, incluyendo nueve hermanas, representaron la congregación en la conferencia anual del ICCJ (Consejo Internacional de Cristianos y Judíos), en Lund, Suecia, cuyo tema fue: “Transformaciones dentro y entre: ¿Cómo afecta nuestra nueva relación la comprensión propia de cristianos y judíos?”

Dando el tono

El evento de apertura en la catedral de Lund.

Al comienzo del evento en la catedral de Lund, una emocionante actuación musical de Klezmer (folklore judío tradicional) dio el tono a la conferencia, que fue seguida por discursos que invitaban a los participantes a prepararse con valor para los asuntos espinosos que iban a encontrar.

“Hay desafíos en nuestro mundo de hoy que causan temor”, dijo nuestra amiga de Sión canadiense Barbara Goetz mientras se preparaba para los tres días que seguirían, “y luego está la esperanza. Nosotros adoptamos la esperanza.”

Aprendiendo juntos en diálogo y amistad

Los oradores del primer día de procederes académicos recordaron cómo, a través de los siglos, gran número de judíos y cristianos fueron entrelazando sus historias. Si bien judíos y cristianos se volvieron desconfiados, hostiles y se apartaron unos de otros durante mucho tiempo, más recientemente una nueva relación basada en el respeto y la solidaridad ha comenzado a desarrollarse.

Las conferencias de los días siguientes trataron sobre los efectos positivos de esta nueva relación, las influencias negativas tales como el nacionalismo y el anti semitismo y la contribución musulmana al diálogo interreligioso actual.

Sesión plenaria “Musulmanes en el diálogo”.

Para las hermanas de Sión, que estuvieron ausentes a pocos de los encuentros anuales del ICCJ en esta última mitad del siglo, la conferencia es siempre una fuente de aprendizaje y amistad, se entablan nuevas amistades y se renuevan las antiguas. “Fue una maravillosa oportunidad”, expresó sor Maureen Cusick de la región RU/Irlanda de Sión, “aprender juntos dialogando y entablando amistades con tantos judíos, cristianos y musulmanes”.

Las conferencias y talleres dieron la oportunidad para cada individuo y comunidad de investigar si hubo en ellos alguna transformación. Se desafió a los participantes a examinar sus propias respuestas a las nuevas olas de antisemitismo e islamofobia y a preguntarse: ¿cómo enfrentamos todo ello juntos y solidariamente?

De la teoría a la acción

En Sión catorce personas permanecieron en Lund durante dos días después de la conferencia para trabajar juntas sobre futuros desafíos y oportunidades y en cómo integrar en sus ministerios lo que habían aprendido en la conferencia del ICCJ.

Los amigos de Sión, Tina Apostolopoulos y Rebecca Bennett de Australia expresaron que los dos días de reflexión habían pasado volando al comprometerse a tener más espacio para los encuentros y la construcción de puentes donde todos puedan ser aceptados. Es importante para ellos que esos encuentros no sean solamente intelectuales. “Necesitan tocarnos a nivel personal y emocional”, comentaron.

Mark Walsh, Sr. Teresa Brittain, Sr. Kasia Kowalska y Alisha Pomazon en el encuentro sioniense después de la conferencia.

Las acciones que el grupo propuso incluyeron dar impulso a la formación bíblica continua, manteniendo el acento en el diálogo judeocristiano y dando prioridad a aprender más sobre la tradición islámica, como también dar la bienvenida a jóvenes para trabajar con ellos.

“Mucho ya se ha hecho y nuestras relaciones son distintas de las de hace cincuenta años”, expresó sor Maureen, “pero todos estamos de acuerdo que aún hay mucho por hacer, debemos investigar las necesidades, vivir y tener experiencias juntos”.

“Nos sentimos tan privilegiados y honrados”, concluyó, “de estar comprometidos en este extraordinario ministerio en la Iglesia”.